Jeffrey M Friedman Nature Medicine volume 10, pages563–569 (2004)
Las personas obesas, que ya están sujetas a efectos adversos para la salud, también son víctimas de un estigma social que se basa en la premisa hipocrática de que el peso puede controlarse “decidiendo” comer menos y hacer más ejercicio. Esta noción simplista está en desacuerdo con evidencia científica sustancial que ilumina un sistema biológico preciso y poderoso que mantiene el peso corporal dentro de un rango relativamente estrecho. Los esfuerzos voluntarios para reducir el peso son resistidos por potentes respuestas biológicas compensatorias.
Este artículo revisará algunas de estas pruebas, junto con avenidas prometedoras de investigación. Un mayor progreso en la comprensión y el tratamiento de la obesidad vendrá no de la repetición de ideas preconcebidas anacrónicas, sino más bien del riguroso enfoque científico que ha impulsado los avances en tantas otras áreas de la medicina.